Al contrario de lo que ocurrió con la Casa Blanca, al este del Mediterráneo llegó primero Gerald Ford y, después, lo siguió Eisenhower. Son los dos portaaviones, bautizados con los nombres de sendos expresidentes, que Estados Unidos ha enviado en los últimos días para ayudar a Israel en su guerra con Hamás tras el recrudecimiento del conflicto del pasado sábado.
El portaviones USS Gerald S. Ford, la joya de la Armada de EE.UU., partió rumbo al este Meditarráneo el domingo 8 de octubre, apenas un día después de la escalada de los enfrentamientos. Con las aguas que bañan Israel y la Franja de Gaza como destino, este símbolo del músculo militar de la primera potencia mundial tenía dos objetivos: ayudar a Israel y disuadir a otros actores hostiles al Estado judío, azuzados por Irán, a sumarse al conflicto.
Menos de siete días después, zarpaban para unirse a él el portaaviones Eisenhower y sus naves de guerra auxiliares con el mismo objetivo: «Desalentar acciones hostiles contra Israel o cualquier esfuerzo dirigido a ampliar la guerra tras los ataques de Hamás». Así lo comunicó el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, el sábado.
USS Gerald Ford
Construido por el armador Huntington Ingalls Industries Newport News Shipbuilding (Norfolk, Virginia), este mastodonte de la Armada de EE.UU. fue botado en 2013 y entregado al país en 2017, con lo que se convirtió en el portaaviones más nuevo y más grande del mundo. Aunque su apariencia es similar a la de sus antecesores, su diseño incluyó considerables mejoras, que suplieron las carencias de los modelos anteriores. Entre ellas, consta de dos reactores nucleares capaz de generar casi el triple de energía eléctrica que sus predecesores.
El buque, con sede en Nápoles (Italia), tiene más de 333 metros de eslora, 40,8 de manga (máxima anchura del barco) y la pista de despegue para las aeronaves es de 76,8 metros. La nave es capaz de desplazar 100.000 toneladas a plena carga y de navegar a 30 nudos (más de 34,5 millas por hora), de acuerdo con la Naval Air Force Atlantic.
En cuanto a su capacidad, pude transportar cerca de 4.600 tripulantes y albergar más de 75 aeronaves militares, incluidos aviones de combate como los F-18 Super Hornet y los E-2 Hawkeye, que pueden actuar como sistema de alerta temprana. Dispone de un arsenal de misiles, como el Evolved Sea Sparrow, que es un proyectil tierra-aire de medio alcance utilizado para contrarrestar drones y aviones.
También cuenta con otros misiles, como el Rolling Airframe y otros sistemas CIWS (Close-in Weapon System), traducible por ‘sistema de armamento de proximidad’ o, más apropiadamente, como ‘sistema artillero antimisil’. Se trata de un arma defensiva empleada en navíos de combate modernos para protegerse de proyectiles antibuque cuando están a menos de dos kilómetros de su blanco.
El Gerald Ford también incluye sofisticados radares que pueden ayudar a controlar el tráfico aéreo y la navegación. Además, incorpora el sistema electromagnético de lanzamiento de aeronaves (EMALS), que sustituye al de catapulta de vapor utilizado tradicionalmente. Esta mejora permite ampliar la gama de aviones empleada y allana el camino para innovaciones en estos artefactos, tanto tripulados como no tripulados.
El portaaviones dispone también de buques de apoyo, como el crucero de misiles teledirigidos Normandy, de clase Ticonderoga, y los destructores de este tipo de proyectiles Thomas Hudner, Ramage, Carney y Roosevelt, de clase Arleigh-Burke. Incluyen capacidades de guerra superficie-aire, superficie-superficie y antisubmarina.
USS Eisenhower
El segundo buque desplazado hasta las inmediaciones de Israel y Gaza ha sido el USS Dwight D: Eisenhower, habitualmente denominado ‘Ike’ y con amplia experiencia en las misiones en el Mediterráneo. Fue construido por el mismo armador que el Gerald Ford, pero mucho antes: fue botado en 1975 y fue consignado a la Armada estadounidense en 1977.
El portaaviones tiene unos 334,7 metros de eslora por 40,8 de manga y la pista de despegue de las aeronaves es de 78 metros. La nave es capaz de desplazar 101.713 toneladas a plena carga y de navegar a 30 nudos (más de 34,5 millas por hora), de acuerdo con la Naval Air Force Atlantic.
El barco, también de propulsión nuclear y con dos reactores, tiene capacidad para algo más de 5.000 personas y puede transportar nueve escuadrones de aviones, como cazas, helicópteros y aquellos capaces de llevar a cabo operaciones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento. En total, se trata de unas 90 aeronaves. Respecto al armamento, cuenta con dos lanzadores de misiles Sea Sparrow, dos Rolling Airframe y tres o cuatro cañones Phalanx CIWS 20 milímetros.
Al igual que el Ford, el ‘Ike’ está acompañado por otros buques, como el crucero de misiles guiados Philippine Sea y los destructores de misiles guiados Gravely y Mason. Los buques se centran en protegerse a sí mismos y al portaaviones y, aunque pueden llevar a cabo operaciones ofensivas, no son los más adecuados para actuar como sistema de defensa antimisiles para Israel, que ya dispone de sofisticados sistemas.
En el casi medio siglo que este portaaviones ha prestado servicio a la Armada estadounidense, ha sido desplegado en varias ocasiones en Oriente Próximo. De hecho, este fue su destino en su primera misión en 1979. Tras varias misiones en la misma zona, el buque llevó a cabo operaciones en el Golfo Pérsico, el mar Rojo y el Océano Índico tras la invasión iraquí de Kuwait.