Una fiesta de fútbol entre los grupos de Cumbia Rafaga y La Nueva Luna, en un torneo organizado por el conductor de “Pasión de los sábados”“La Tota” Santillán, vende la suerte Mauricio «Palito» Davico, que a partir de ese momento se convierte en la música de la banda y es fin de semana, en otro giro de su vida, asume como administrador de Gualeguaychú, Entre Ríos.
Es cierto que en el corsódromo de «la ciudad del carnaval» hay acuerdos que no pueden fallar. Serán les de Ráfaga, ahora banda oficial de Gualeguaychú, que colaboraron en los jingles electorales de Palito Davico, así como en los círculos de campaña del hombre que ganó la tercera ciudad de Entre Ríos por Juntos por el Cambio y tuvieron la oportunidad de relájate con La Liberté Avanza.
Desde los años 1990, cuando Ráfaga era un éxito gracias al hit «Mentirosa», Palito fue de Gualeguaychú a Buenos Aires a ver la banda con un amigo que, luego de ser futbolista profesional en Banfield, con paso por Boca y Racing, Darío Cvitanich.
“En un momento estaban nuestros amigos en Baradero, Darío era amigo y nuestros amigos estaban en Ráfaga”, cuenta Palito Clarín en medio de las reuniones de transición del gobierno de Gualeguaychú. Creía en el fanatismo de Ráfaga y del fútbol, incluso en 2002 se unió a la pandilla.
Palito vino a Buenos Aires a estudiar derecho, se instaló en un departamento de la avenida Independencia y trabajó en un quiosco. «Ráfaga participó en una conferencia de prensa sobre Pizza Banana durante un recital organizado por Telefé con UOL Sinectis. Se dirigió con el pintor del edificio hasta la esquina del quiosco. Yo, con Richard (Rosales), el violador de la banda, y Me dije que no queríamos pasar, no queremos pasar y entramos”, recordó Palito.
Otro día, los músicos los invitaron a la última sesión antes de una gira por la Patagonia. «En un momento, al pintor, me dijiste: “Vengan con nosotros” y huyo. Llegamos con Ariel (Puchetta, líder de la pandilla), que era el más tímido. Llevamos cinco días con la vista de Ariel que me pidió jugar al fútbol», contó Davico sobre la película que forjó con la voz de la banda mientras estuvo tres meses en solitario en Buenos Aires.
Tocó con un campista promedio contra otra banda de cumbia, La Nueva Luna, y estableció una buena relación con el grupo. Mientras acompañaba el toque en los boliches de Córdoba, el baterista de Ráfaga pidió que lo apoyara en una noche calurosa, Davico se lo calzó y hasta escribió autografos. «Ahi Ariel dice: ‘Tus tenes que tocar con nosotros‘ y me pregunto aprender con un chico que decían en «el cubano», que en realidad era uruguayo, Yeye Caboca López».
Representante del instrumento Percusión latina, Yeye, que tomaba discotecas con Celia Cruz y Ricardo Montaner, le enseñó a tocar el güiro, la conga, el bong y se convirtió en el percusionista de Ráfaga. “Dadas las circunstancias, decidí que la política del grupo era responsabilidad tanto de los mozos, taxis y trabajadores hoteleros como de la situación económica, si los gobernadores eran buenos”, dijo Palito.
El salto de Palito Davico a la política y la amistad con Menem
Para 2011, Palito es actor musical y se dedica a la política. Volvió por sus páginas, que estaban específicamente en Gualeguaychú, en el pequeño pueblo vecino de Pueblo Belgrano, a sólo cinco kilómetros de la localidad carnavalera. Fundó el partido Vecinalista «Nueva Generación» y realizó las primeras elecciones contra el profesionalismo con sólo 16 votos.
Asegura aprendió mucho de esta derrota y, en 2015, obtuvo 1.000 votos y obtuvo el resultado de la elección del representante del pueblo belga, quien quedó fascinado por la presencia de Ráfaga para el mundo de la campaña. En 2019 fue reelegido por un 77% y decidió ser elegido por la ciudad vecina.
Desde su primer mandato de trabajar en una buena relación con Rogelio Frigerio -gobernador electo de Entre Ríos-, y para este año unido a su partido en los consejos del cambio y luego de haber superado algunas obras legales por parte de las plantas de la oposición a la residencia, se encargó de la conveniencia durante las elecciones de Gualeguaychú. .
En su época, el estudiante de Derecho tenía un amigo con quien trabajaba con una gran relación. Martín Valente, un joven que utilizó el llamado de la madre. Después de dos o tres años de amistad, tu amigo lo invitó a venir a la casa de tu familia en Núñez y en el reservado de la mesa está el padre de tu amigo, Eduardo Menem.
Durante algunos años Martín Menem Aprovechó el llamamiento de su madre y en una lectura que escuchó Palito aún, el feliz presidente de la Cámara de Diputados dijo: «Se que sos amigo sin saber mi apellido y que no te acercaste por eso». De hecho, hay un lazo familiar que los une a los amigos. Davico lo nombró padre de su segundo hijo, Santino Saúl, segundo nombre del expresidente Carlos Saúl Menem.
La amistad continuó y este joven Palito fue uno de los invitados de Menem a la juramentación como diputados y la entronización como presidente de la Cámara de Diputados de la nación.
Si estuvo bien competido por Juntos por el Cambio, siempre con el apoyo de Martín Menem, tendrá reuniones con Karina Milei, hermana del presidente electo Javier Milei. “Visita dos personas que quieren y tienen mucha confianza, gracias por aceptar si Karina es mi esposo Martín Menem”, publicó en rojo Davico esa misma semana.
De regreso a Gualeguaychú de 130 millones de habitantes, Palito mantiene el ritmo de percusión que prevalece en el país y en el exterior y se muestra en plena transición con el destacado intendente peronista Martín Piaggio, para abrir un nuevo capítulo en su trayectoria política, que parece ser el causa de ser ráfaga.