La Gran Muralla China posee una historia más antigua de lo que se pensaba. Descubrimientos arqueológicos recientes en la provincia de Shandong, China, han mostrado que la edificación comenzó alrededor de 300 años antes de lo que se creía anteriormente. Este hallazgo ubica su origen entre el final de la dinastía Zhou (1046-771 a.C.) y el comienzo del Período de Primavera y Otoño (770-476 a.C.).
La Gran Muralla China tiene una historia aún más antigua de lo que se creía. Recientes hallazgos arqueológicos en la provincia china de Shandong han revelado que la construcción comenzó aproximadamente 300 años antes de lo estimado previamente. Este descubrimiento sitúa su inicio entre finales de la dinastía Zhou (1046-771 a.C.) e inicios del Periodo de Primavera y Otoño (770-476 a.C.).
Las excavaciones realizadas entre mayo y diciembre del año pasado en el pueblo de Guangli cubrieron un área de 1.100 metros cuadrados, donde se encontraron artefactos, huesos de animales y restos de plantas. Estos hallazgos confirman que el tramo más antiguo conocido de la Gran Muralla pertenece a la Gran Muralla Qi, que se extiende a lo largo de 641 kilómetros y es el más largo y antiguo de la histórica construcción.
Aparte de los muros, la excavación desveló dos viviendas del periodo Zhou con bases cuadradas y esquinas redondeadas, típicas de las casas semisubterráneas de esa era. Esto indica que antes de la edificación de la muralla, había un pequeño asentamiento en el área. Otro descubrimiento relevante fue la «ciudad» de Pingyin, situada a un kilómetro y medio al norte de la Gran Muralla. Según documentos históricos, esta ciudad tuvo un papel estratégico en el control de rutas de transporte vitales.
La Gran Muralla, reconocida como Patrimonio Mundial por la Unesco en 1987, es una magnífica construcción compuesta originalmente por numerosos segmentos separados, levantados por pequeños estados para defenderse de las invasiones del norte. El emperador Qin Shi (221-210 a.C.) decidió unir estos segmentos, formando así una barrera de miles de kilómetros que complicó el ingreso de las fuerzas mongolas al suelo chino.
La Gran Muralla, declarada Patrimonio Mundial por la Unesco en 1987, es una estructura imponente formada originalmente por numerosos tramos inconexos que pequeños estados construyeron para protegerse de invasiones del norte. Fue el emperador Qin Shi (221-210 a.C.) quien tomó la decisión de unir estos tramos, creando una barrera de miles de kilómetros que dificultó el acceso de las fuerzas mongolas al territorio chino.
En la actualidad, la Gran Muralla se extiende a lo largo de más de 20.000 kilómetros y abarca 15 regiones de nivel provincial, incluyendo Pekín, las provincias norteñas de Hebei y Mongolia Interior, así como Gansu y Xinjiang en el noroeste. Este reciente descubrimiento arqueológico ofrece una nueva perspectiva sobre el origen y la importancia de una de las construcciones más icónicas del mundo, reafirmando su papel en la historia de la civilización china.