Estados Unidos suministrará a Ucrania municiones con uranio empobrecido. Es la primera vez que Washington incluye este tipo de provisiones de defensa antitanque en un paquete de ayuda militar y humanitaria para Kiev. El solo anuncio del envío ha provocado el inmediato reclamo de Rusia que lo califica de «un acto criminal».
«Es una clara señal de inhumanidad», criticó la embajada de Rusia en Washington.
Las municiones de uranio empobrecido que Estados Unidos ha prometido a Ucrania hacen parte de un paquete de ayuda de 175 millones de dólares, el número 46 que entrega a Ucrania en el contexto de la guerra. Según ha confirmado el Pentágono, son proyectiles de 120 mm para los tanques M1 Abrams que también la Administración de Joe Biden se ha comprometido a suministrar a las fuerzas militares ucranianas antes de que finalice el 2023.
El Gobierno estadounidense también proveerá a Kiev equipos de defensa aérea y otras municiones de artillería. No obstante, la polémica se concentra en torno a la transferencia de las fabricadas con uranio empobrecido.
Según Rusia, son «armas con efectos indiscriminados» que Estados Unidos está implantando de forma deliberada en Ucrania. «Es plenamente consciente de las consecuencias: las explosiones de tales municiones dan lugar a la formación de una nube radiactiva en movimiento», declaró la embajada rusa en un comunicado vía Telegram.
Su uso en el pasado «provocó un aumento desenfrenado» de los cánceres, por lo que se trata de una «muy mala noticia» cuya «responsabilidad recaerá en Estados Unidos», ha insistido el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov avivando la controversia.
¿Qué es el uranio empobrecido?
El uranio empobrecido es un subproducto derivado del proceso de enriquecimiento del uranio que se emplea en la fabricación de combustibles y armas nucleares. No obstante, es alrededor del 60% menos radioactivo que el uranio natural, según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
La fuente, explica que los proyectiles que contienen este material no tienen capacidad para generar una reacción similar a la de un arma nuclear y, por tanto, no entran en esta categoría. De hecho, el uranio empobrecido tiene cualidades que no limitan su uso al ámbito armamentístico, pues su dureza lo hace apropiado para usos comerciales, como lastre para buques y aeronaves.
¿Representa un riesgo radiactivo?
No existen estudios conclusivos que demuestren que la carga radiactiva presente en las municiones de uranio empobrecido representen un riesgo de ese tipo. No obstante, el organismo de control nuclear de la Organización de Naciones Unidas se opone a su uso en cualquier parte del mundo e insiste en llamamientos a los países a evitar su empleo, advirtiendo de «posibles peligros» derivados de la exposición.
La ONU da margen a las sospechas de que este material pueda estar relacionada con enfermedades como el cáncer o malformaciones congénitas detectadas en sitios donde se empleó en el pasado.
La manipulación de este tipo de municiones «se tendría que reducir al mínimo y utilizar ropa protectora (guantes)», recomienda la AIEA aunque mantiene que no hay datos concluyentes sobre consecuencias para la salud.
¿Por qué se emplea en la fabricación de armas?
Este tipo de munición es considerada altamente efectiva, porque es capaz de perforar las más robustas armaduras. Esto se debe a que el uranio tiene la cualidad de ser un metal extremadamente denso, 1,7 veces más que el plomo.
Este material es tan duro que cuando se emplea en un proyectil no se deforma ni siquiera cuando impacta con un objetivo o superficie dura, lo penetra y explota hasta que hace contacto.
Debido a esa resistencia es que el uranio empobrecido se utiliza en proyectiles perforantes que tienen la capacidad de atravesar el blindaje de vehículos y buques.
No es radioactivo, pero sí tóxico, según Naciones Unidas
A la par de la alta capacidad destructiva que tiene el uranio y las limitadas evidencias de peligro radiactivo, Naciones Unidas sí destaca el riesgo de toxicidad del uranio empobrecido.
El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUE) lo ha definido como «un metal pesado, química y radiológicamente contaminante», cuyo efecto nocivo, se produce al momento del impacto con el objetivo, pues los proyectiles perforantes esparcen polvo y fragmentos de uranio.
En ese sentido, el organismo centra su principal preocupación respecto al uso de este metal en el «carácter tóxico químico» no en la radioactividad.
De ahí la teoría de que la ingesta o inhalación de grandes cantidades puede afectar el funcionamiento de los riñones.
Además, se cree que inhalar grandes cantidades de partículas de uranio empobrecido durante un largo periodo, la principal consecuencia para la salud «será el aumento del riesgo del cáncer de pulmón«, ha advertido la comisión canadiense de seguridad nuclear.
Dan Fahey, un veterano de la Marina de EE.UU. que se ha dedicado a estudiar la repercusión en la salud humana del uranio empobrecido, explicó que «el uranio tiene la capacidad de inflamarse espontáneamente y crear una especie de polvo; es la inhalación de ese polvo contaminado lo que genera daños a la salud humana por su alta toxicidad», cita la BBC.
Antecedentes sobre los riesgos
Las municiones de uranio empobrecido fueron citadas como unas de las causas posibles de problemas de salud de los excombatientes de la guerra del Golfo, o del número elevado de cánceres o malformaciones congénitas en la ciudad iraquí de Faluya, pero su papel no fue científicamente comprobado.
Muchos estudios concluyeron que no hay pruebas sobre el carácter nocivo del uranio empobrecido, pero esos resultados siguen siendo cuestionados.
Según estudios cuyas conclusiones comparte del Organismo Internacional de la Energía Atómica «el riesgo radiológico al que se exponen la poblaciones y el medio ambiente no son más importantes en los casos donde la presencia de uranio empobrecido provocó una contaminación localizada del medio ambiente bajo forma de pequeñas partículas liberadas al darse el impacto», subrayó la oficina de asuntos de desarme de la ONU.
La versión de Washington
Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca ha defendido el envío de proyectiles de uranio empobrecido a Ucrania: «No son radioactivos» y «no se acercan para nada» a la categoría de los armamentos nucleares, ha aclarado.
El uso de tales municiones no está prohibido por el derecho internacional. Pese a la oposición de organismos como la ONU han sido empleadas en muchos frentes de guerra.
Los antecedentes sobre su uso se remontan a las dos guerras del Golfo de 1991 y 2003, así como en la ex Yugoslavia en los años 1990.
El Pentágono también ha reconocido que empleó obuses de uranio empobrecido en dos ocasiones en 2015 en operativos contra el grupo Estado Islámico (EI) en Siria.